Muchos discuten en torno a si es positivo o no la reforma a la ley 30 de 1992 (ley general de educación superior), ya que esto implica un cambio estructural del modelo de educación que rige en el país.
Particularmente creo que esta reforma va más allá que la simple normatividad de la IES (instituciones de educación superior), pues lo que realmente hay detrás de todo este meollo es la implementación del Estado del TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea.
¿Cómo así?
La educación es pieza fundamental para el desarrollo de una sociedad, y de ella depende la competitividad que su cultura pueda tener frente a otras, pero en Colombia la educación ha hido paulatinamente deteriorándose a tal punto que se deja en entredicho su viabilidad financiera y social. Frente a la implementación de distintos acuerdos bilaterares el gobierno debe acoplar los distintos reglamentos para que se amolden a los requerimientos del mercado, recuerden que todo bien o servicio es transable y la educación en nuestro país es las dos cosas a la vez, y ante esto no es admisible que el Estado siga subsidiando una educación que puede ser prestado por particulares y que quien desee acceder a ello debe asimilar el 100% de su matricula, de lo contrario no podrá "comprar" este servicio.
Es así de sencillo, igual como ocurrió con los servicios públicos, la salud, el régimen pensional, etc, etc, la educación en el futuro no sera más que un bien de lujo para muchos compatriotas que serán obligados a ser mano de obra superbarata a las transnacionales que vendrán a implantar sus maquilas aprovechando el paraíso arancelario que querrán hacer de Colombia.
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